lunes, 17 de noviembre de 2014

La Dinámica del Taller


¡Buenos días!

Hoy os publicaré un método de trabajo que incita a los niños a leer. Antes de explicaros esta técnica tenéis que saber que los libros que leemos forman parte de nuestra biografía.

Silvia Adela Kohan  suele empezar los talleres de lectura para educadores diciendo “El maestro que no lee o que no ha disfrutado de la lectura no puede enseñar a leer”. Consiste en disfrutar para hacer disfrutar. Por tanto el enseñante debe tener claro que los libros no deben llegar a los niños, sino todo lo contrario, los niños deben llegar a ellos.

Una vez dicho esto, vamos a comentar los aspectos positivos que genera dicha estrategia en los niños cuyo propósito se basa en despertar el interés y la curiosidad por la lectura de una manera activa y divertida. 

LA DINÁMICA DEL TALLER

¿En qué consiste?

Primeramente, debemos dar a conocer qué es un taller. Se define como un lugar en el que se desarrolla una práctica que permite sorprenderse, construir, transformar y producir en el que el tema principal es la lectura con los alumnos de primaria, aunque se puede trabajar con individuos de todas las edades.

¿Cómo empezar?

Es muy importante y eficaz dosificar la lectura, es decir, interrumpir la lectura de un relato en el punto álgido, ya que es cuando los niños están más entusiasmados y por tanto, incrementan las ganas de seguir escuchando. Sin embargo, no se continuará con la lectura hasta el día siguiente.

Pues bien, a continuación os encontraréis con unos aspectos clave que resultarán beneficiosas  en los primeros contactos con la lectura:

Para un buen comienzo en relación con los primeros contactos con la lectura, a continuación os encontraréis con unos aspectos para aportar beneficios. 
  • Hacerles entender que en los libros se pueden encontrar con cosas interesantes y divertidas. Empezar por narraciones cortas centradas en un tema que sea del interés de los niños.
  • Elegir el relato de algún personaje con el que los niños se identifiquen.
  • Establecer una disciplina. Al igual que en otras tareas, el hábito desempeña en el lector un papel fundamental. Leer todos los días por lo menos cinco minutos y a la misma hora es lo ideal. Sin embargo, el ritmo puede ir incrementándose paulatinamente.
  • Crear un ambiente propicio. Es decir, encargarse de que el aula este condicionada lo mejor que se pueda para que el niño se sienta lo más cómodo posible.
  • Evitar las distracciones.
  • Utilizar un libro completo, no un fragmento.
  • Presentar el libro: título, autor, ilustrador, traductor, editorial... adaptando la información a la edad del niño.
  • Preguntarle al niño si le ha gustado o no la trama del libro escogido. Para eso es indispensable que el adulto ya sea padre, madre, docente... lo haya leído.
  • Después de la lectura del libro sería recomendable hacer una puesta en común en la que los niños expresen lo que más les ha gustado de forma espontánea.
  • Premiar al infante que logre leer un libro.
En definitiva el proceso del taller de lectura, incentiva el deseo en una primera etapa y a continuación, conduce a ese territorio creando en el sujeto una favorable predisposición y actitud ante la práctica, ya que la finalidad es que se sientan entusiasmados habiendo descubierto algo que le abre interrogantes o le proporciona respuestas. Para ello, será imprescindible que la figura del padre, madre, docente, abuelo... disfrute con lo que se lee, porque es esa la persona que actúa como transmisor de la satisfacción posterior del niño.

Bibliografía:

Adela Kohan, S. (2006). Taller de lectura: El Método. Alba editorial, Barcelona.

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